martes, 26 de mayo de 2009

El desfase presidencial

Por: Alejandro Londoño Hurtado




Dice Aristóteles en el libro quinto de su política que la mayoría de los tiranos en tiempos antiguos surgían de demagogos que se ganaban la confianza del pueblo calumniando a los notables. Veinticinco siglos después, esta frase retoma vigencia en cabeza del presidente de la República y sus constantes declaraciones en contra de todo notable ciudadano que se oponga a sus intereses y a los de sus áulicos.

No es desconocida la forma en que el presidente utiliza la demagogia por medio de falacias para dirigirse al país a la hora de responder a ciertos acontecimientos adversos a sus intereses; ya sea por investigaciones y sentencias penales en contra de las cuotas del paramilitarismo en el congreso, por intentos de ciertas organizaciones no gubernamentales y de los pueblos indígenas de marchar en honor a las víctimas de crímenes cometidos por paramilitares y agentes estatales, y en pos del reconocimiento a sus derechos, o de congresistas, académicos y periodistas que buscan la liberación de los secuestrados por medios pacíficos.

Cualquiera que tenga un mínimo de conocimiento sobre Derechos Humanos y sobre Derecho Internacional Humanitario, es decir, sobre los derechos de los individuos, y en este caso, la obligación de dejarlos por fuera del conflicto si no portan un fusil, se escandalizaría al escuchar al presidente de la República o a sus subalternos llamando, de forma directa o indirecta, “terrorista” a cualquier Magistrado, congresista, grupo cívico, sindicato o etnia que levante la voz, bajo el amparo de la Constitución Política, en contra de los intereses del régimen.

Terrorista, según Michael Walzer, es aquel que por medios de facto atenta aleatoriamente contra civiles por el sólo hecho de pertenecer a un grupo determinado con el fin de atemorizar al resto; así, es muy diferente portar un fusil y poner bombas y minas o desaparecer civiles y torturarlos, a buscar la paz, crear memoria histórica, exigir la protección de los derechos fundamentales y proteger los derechos humanos por medios constitucionales, cívicos y simbólicos; los primeros son los terroristas de la insurgencia, del paramilitarismo y del Estado, los segundos son los defensores del Estado Social y Democrático de Derecho y de las víctimas que han sufrido el yugo del terror. Muy diferente entonces es buscar la expansión de un proyecto “político” o la defensa de los derechos de un grupo por medio de las armas, a buscar lo mismo por medios pacíficos dentro de la sociedad. Entonces ¿por qué el presidente busca hacer difusa esa diferencia? ¿Por qué no entenderá que a la alteridad y a la divergencia hay que respetarlas, y en consecuencia, debatirlas con argumentos y no con dogmatismos polarizantes?

Con razón los falsos positivos, los ataques de la policía (con machetes, fusiles y bombas) en contra de los manifestantes de la minga indígena acaecida en octubre del año pasado y los seguimientos del DAS a magistrados, congresistas, líderes cívicos y periodistas, entre otras tantas violaciones de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario perpetradas por la fuerza pública; es decir, con razón el terrorismo de Estado, es que si el propio presidente de la República no diferencia entre combatientes y no combatientes ¿cómo esperar que sus subalternos lo hagan?

7 comentarios:

elfaro38 dijo...

Alejo, un saludo. La columna me parece algo extremista. En cuanto al tema de los Derechos Humanos me gustaría agregar que no sólo es terrorista quien porta un arma sino también quien auxilia o auspicia estos grupos. Pero bueno creo que de ese tema ya se ha hablado mucho.

Estoy de acuerdo en que el gobierno ha descalificado muchas veces a diferentes personajes y me parece algo negativo, sin embargo creo que hacer insinuaciones de que este gobierno actúa con métodos terroristas, es algo extremo y con todo respeto desfasado.

Saludos alejo.

Unknown dijo...

De acuerdo con Fede, el terrorismo no se limita a quien ejecuta la accion sino a quien la patrocina o alienta. De la misma forma, darle aires politicos y espacios mediaticos es un error. Y muchas veces, aquellas personas dedicadas a "buscar la paz" solo estan utilizando elementos del chantaje de estos grupos para promulgar sus intereses. Si, el presidente se excede constantemente en acusaciones y generalizaciones, pero, aunque claramante no acierte tanto como algunos piensan, tampoco se equivoca de la forma en que otros lo acusan.
Buena columna sin embargo y excelente que genere debate, de eso se trata este blog.

Un saludo

Anónimo dijo...

No creo que sea desfasado decir que el Etado cometa acciones terroristas, precisamente poner bombas en las ciudades, matar civiles para presentarlos como guerrilleros, ayudar a grupos paramilitares a cometer masacres (vea el caso de la comunidad de paz de San José de Apartadó, el caso de Pueblo Bello, Mapiripán, el Aro, entre otras), o seguir a la oposición, periodistas y a magistrados de las altas cortes es terrorismo de Estado pues tomando a Walzer "no se puede atacar ni a los civiles ni a los a los grupos a los que pertenecen, ni como humanos ni como miembros de un colectivo", y continúa, "el terror de Estado se centra con frecuencia en un colectivo que se considera opuesto o potencialmente opuesto recurriendo a la matanza aleatoria, a las desapariciones, a los arrestos y a la tortura (bajo todas sus formas) para aterrorizar a toda la población de su país"

Por lo anterior, es claro que el Estado colombianos viola constantemente el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos (vease sentencias de la Corte Interamericana de Derechosd Humanos en contra de Colombia) y por lo tanto la Constitución Política de Colombia.

Anónimo dijo...

Así mismo, compartir un ideal y ejecturalo por medios civiles no es patrocinar al terrorismo, otro error grave, pues a pesar de que tiene razón al decir que terrorista no es sólo el que porta un fusil (muy cierto) tampoco lo es el lider de izquierda, o los participantes de una movilización (ya sean víctimas del paramilitarismo y agentes del Estado, indigenas del Cauca o corteros de caña) que por medios civiles dentro de la sociedad y bajo el ampara de la Constitución, buscan realizar sus proyectos o mostrar su inconformidad ante las injusticias que se presentan en este país.

Por , ni extremlo arriba expuesto ni extremista ni desfasado, yo diría realista y consecuente con la realidad.


Saludo cordial viejo Fede y viejo Santi.

Anónimo dijo...

Perdón por las incongruencias es que mi cpu está dañado.

Federico Hoyos Salazar dijo...

Anónimo cómo te llamás? Nunca dije que terrorista es el de izquierda, ni la víctima del paramilitarismo, ni el indígena ni el cortero.

Saludos viejo anónimo.

Unknown dijo...

A mi me gustó la columna. No me parece desfasada, no me paree extremista. Me parece sentida, al menos a mí, me toca ciertas "fibras", que me motivan a pensar los problemas de nuestro país y nuestro gobierno de otra forma. De acuerdo con muchos, es terrorista, quien apoya grupos armados. Pero son tan terroristas, las armas, como la falta de oportunidades. Son tan terroristas quienes se hacen llamar guerrilleros o paramilitares, como aquellos militares, que "disfrazan" civiles, para hacerlos ver como enemigos de Estado. Son tan terroristas, aquellos que le quitan la vida a su hermano, así como el Estado que le quita la vida a sus ciudadanos, no sólo con armas, pero sí con su abandono, con la falta de equidad, de seguridad y la propensión que lo mismo conlleva al desastre. De acuerdo con muchas opiniones de la columna, quizás con unas más que otras. Muy buena Felicitaciones