lunes, 13 de abril de 2009

La Colombia Bipolar y el peligro de los extremos.


La Colombia Bipolar y el peligro de los extremos.

Por:Juan Diego Agudelo Botero


“Sos ‘rojo’…sos ‘azul’…”; era el grito coloquial de aquellos partidarios de la sangre partidista, el alarido de aquellos conservadores y liberales que se mutilaban entre sí, para dejar un país tajado, cortado y la unidad nacional de la república esparcida en los miembros de sus víctimas. Enmarcados en la Violencia bipartidista, en la defensa del “color” político que daba un estandarte, un pendón que representaba los ideales distorsionados de una realidad tan aparente, como la disposición a la muerte. Luego se oía el clásico “sos del ‘M’…sos ‘UP’, con el que la dominante derecha colombiana atacaba a movimientos sociales y estudiantiles, de los años 70’s y 80’s en nuestro país, marcado por un Frente, que desde todo punto de vista, carecía de democracia participativa, tan irreal como el discurso “público” de Laureano Gómez. Se oía un ardido grito en contra de las marchas y revoluciones estudiantiles inspiradas en el comunismo en masa de las políticas sociales de ‘la madre Rusia’, y también de los movimientos ‘Hippistas’ y raciales de los EEUU. O sea contra aquellos que mancillaban la honra de las élites sociales nacionales y contra el orden establecido.

Craso error de nuestra historia, ha sido pretender agotar las posibilidades de la diferencia, aplastar las conciencias de aquellos que no negocian su integridad y exigen cambios sociales, políticos y culturales de fondo, en el trasfondo de una realidad social de doble moral, donde el asesinato de líderes sindicales, intelectuales y académicos, marcaban a la perfección, como un reloj, las rupturas del entramado social a gran escala.

Sin embargo, la polarización de nuestro país comenzando el siglo XXI, es aún más preocupante, y por ello, rabiosamente la expongo. Y es con rabia, porque no me parece prudente ni coherente que ahora quien hable de izquierdas, de “Polos” sea un guerrillero de las FARC, y quien hable por el uribismo o la derecha, sea un paramilitar. Menos aún, que exista cierto “romance” cultural con la cura de una enfermedad, que se volvió un mal peor, es decir, que haya afinidad con el paramilitarismo. Necesitamos construir país desde la institucionalidad, no desde la clandestinidad; necesitamos creer en la unidad, no en “los de arriba” y en “los de abajo”; urgimos contar con la solidaridad de las políticas sociales, y la competitividad de algunos sectores privados, enmarcados en la democracia y la formación de una conciencia de país más arraigada que nunca. Debemos fundar nuestra visión de nación, en la pluralidad, el respeto por la diferencia y sobre todo, en la libertad, entendida como eso…como verdadera libertad.

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