lunes, 13 de abril de 2009

Política comparada: sustancia y método


Política comparada: sustancia y método

Por: Jose Antonio Fortou R.
jfortour@eafit.edu.co

Ante la imposibilidad de experimentar con la realidad política, los politólogos nos vemos abocados necesariamente a comparar; la comparación es nuestra herramienta principal. Sea de forma cualitativa o cuantitativa, con pocos o muchos casos, la comparación permite arrojar luces sobre distintos procesos políticos. La idea de un vínculo directo entre democracia y desarrollo económico, tan atractiva, es fruto de estudios seminales en política comparada. El debate, que en Colombia va y viene, sobre si un régimen parlamentario es preferible a uno presidencial es sólo abordable desde una perspectiva comparada que permita entender cada opción, sus condiciones y la posibilidad de trasladarla a otros espacios. Incluso la filosofía normativa debe, para saber qué es lo “bueno”, comparar.

Como método, la comparación muestra sus virtudes. Permite ver similitudes y diferencias: entre casos similares, deja distinguir el efecto de variables, mientras que entre casos disímiles permite entrever constantes. Es útil cierto nivel de estadística, pero no esencial. Estudios con un número de casos reducido, pese a dificultar las generalizaciones, abrazan la complejidad de la política y prometen un análisis más detallado en el cual los casos no se ven reducidos a uno entre muchos y resaltan sus cualidades individuales (o compartidas). Además, la política comparada no es un método meramente estadístico, pues ante un caso atípico no busca sólo corregir el modelo, sino preguntarse “¿por qué?”.

Pero la política comparada se define no sólo metodológicamente, sino también sustancialmente. En la mayoría de ocasiones, la unidad de análisis de los estudios en política comparada son países o unidades macro-sociales (y sus procesos o instituciones); a veces, caben análisis de unidades geográficas más pequeñas o de una misma unidad a través del tiempo. Desde esta óptica, se han desarrollado temas clave para la ciencia política como cultura política, sistemas de partidos y elecciones, regímenes políticos, políticas públicas y democracia.

Se empieza a esbozar así que el método comparativo no es exclusivo de la política comparada, como tampoco lo es su sustancia: la comparación es común a las ciencias sociales y el interés en los países es general en la ciencia política. Por esta misma especificidad limitada, es necesario que la política comparada como área distinta se defina en virtud tanto de su método como de su sustancia.

Ahora bien, cualquiera puede comparar. Pero para comparar bien (y sostengo que queremos hacerlo), hace falta formación.

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